En el pequeño canal, las aguas parecen dudar para elegir dirección. Un par de patos, cuello verde, él, una coqueta parda, con adornos blancos, ella, se nos acercan al compás de los silencios más musicales que he visto... y digo esto, porque en un esbelto pino de piña verde, dos pájaros, posiblemente en cortejo, afinan sus empeños para allanar las almas de las damas de sus sueños… En oscurecer un poco, las ranas croan en busca de encantos, y nosotros pensamos que se nos acerca nuestro querido Delta del Ebro, para darnos los buenos días…
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