Al día siguiente,
cuando ya no estabas,
acudí, como siempre,
al rincón sin luna,
en busca de la estela,
de alguna luz,
de una estrella alicaída.
Tu aroma persiste,
incluso tu voz
resuena nítida
en mis tímpanos.
El vacío está lleno de ti.
Me marcho, lentamente,
llevándome tu esencia.
Volveré, mientras mi alma
te reclame emocionada..
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada