Siempre me ha gustado la poesía bucólica, todo aquello apartado del ruido metálico de la ciudad, todo aquello natural que persiste... pese al hombre, y es regalo de la naturaleza. Llegados a estos términos, siempre recuerdo los trabajos del arroz, antes de la mecanización, y más que poesía, que también, veo emoción y gran esfuerzo, casi infrahumano, y sólo al alcance de este tipo de personas que merecen todos los respetos…
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada