A veces escucho el rumor de las olas
que me hablan en precipitados de urgencia,
aquello que callaron en verano…
Otras escucho silbidos de brisa,
que acarician, en suave el recuerdo, la nostalgia.
Y me voy a mi roca de pensar,
allá en la soledad de un acantilado camuflado,
y escucho lo que no dijiste, lo que no entendí,
y es como si la calma amiga...
me traduce en besos los silencios.
A veces voy a ver el mar, y hablamos,
sobre lo que hay más allá...
de todos los horizontes lejanos.
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