Pienso en ella y la veo oxígeno, aire limpio,
y luego le hablo y me quedo reafirmado
en mis ciertos del alma…
Y espero el mañana, un amanecer bello y soleado,
para verla y hacer del paseo, un compás a dos,
en la calma que dejó la noche
y la paz que proclama el hermoso día.
La pienso y le hablo, y veo en sus ojos...
el discurrir de mi vida ilusionada.
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