Vinos tintos que riegan las carnes de montaña y ennoblecen las gargantas de placer y de aromas celestiales. Me viene a la memoria aquello que me contaron un día: “Con dos tragos del que suelo llamar yo néctar divino, y al que otros llaman vino, porque nos vino del cielo”. También hay blancos de mucha calidad, que van bien con el pescado, pero donde haya un Priorat negro...
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