La música que nos hace mágicos, como dice la canción, debe ser aquello de lo que nos hablaba Bécquer. Cuánta nota dormía en sus cuerdas... refiriéndose al arpa, o la voz de un saxo que se acerca, o de una guitarra de Paco de Lucía, tejiendo hilos de seda, un piano de madrugada, surtidor de sentimientos bañados en alcohol, un violín que destaca en un concierto, dicen que hace un solo por un mutis, y no se despierta hasta el aplauso, compases de manos en madera, voces graves, ritmo y arritmia, por donde el genio sin límites se siente como el pez en el agua.
Me han regalado música, una selección de historia y maravillas varias, que sólo están al abasto de la sensibilidad y el conocimiento de un experto, tanto en humana generosidad, como en conocimiento e historia de la música. La estoy gozando, voy de sorpresa en sorpresa, y sin ser un experto, ya tengo años para haber escuchado muchas notas, tantas... que recordarlas, e incluso catar nuevas versiones y temas, me resulta un inmenso placer. Para regalar una selección musical como nos ha hecho el amigo “Capi”, primero hay que ser buena gente, próximo, sensible, y con conocimientos suficientes para salir airoso de la atención a la diversidad. Gracias amigo, todo un detalle, nos ayudas a soñar y a volar…
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