dijous, 23 de març del 2017

¿Verdad?

Era un vendedor experto, dotado del don de la palabra para convencer, derrotar diría yo, cada resistencia a su lógica aparentemente aplastante. Pero yo quería comprar un coche, no que me vendieran un coche, y por supuesto no me lo vendió mientras mantuve esa sensación de su victoria arrasante y sin paliativos… En la reflexión y llevando las cosas a mi mundo docente, llego a la conclusión que siempre dudo del gran rapsoda que se proclama, casi ex-cátedra, y no deja ni un margen para la exposición de otros pareceres. Es como el maestro que no te deja algún camino libre para el propio conocimiento de la realidad. Comprar un coche es una buena sensación... que te vendan un coche, no es lo mismo, ¿verdad?

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