Ella me dijo, un poco fuera de sí,
fue bonito lo nuestro, pero yo...
Lo comprendo, asentí dubitativo.
Hasta mañana, dijo ella, firme.
Y yo pensé... no está tan lejos el mañana.
Es curioso cómo pasa el tiempo,
y una apariencia de olvidos
lo tiñe de otras cosas...
Yo sabía podar los árboles,
para que estuvieran a punto,
en todas las reconciliaciones a la sombra.
Ella dijo un sí con no…
y yo un mañana con sí sin condición,
y por el camino disfrutamos
de mis podados árboles
y acogedores jardines,
que bendicen las presencias.
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