Correr más allá de los infortunios,
sin detenerse en algún logro ocasional,
pasar de largo de los estropicios,
que también son la vida, lo llaman destino,
estaba escrito, dice la ignorancia supina,
sin dar crédito a ninguna realidad vigente.
Casi nada es estúpido, o si...
casi todo son momentos sin toda la luz,
y entonces podemos pasar de largo
a caballo de la inconsciencia.
Lo práctico, lo concreto, lo supuesto,
lo aparentemente cierto, lo que es, o así lo crees,
no deja de ser un indefinido...
de momentos coleccionables.
Después de una pena puede haber una luz,
o quizá otro infortunio sin laude,
corregido y aumentado y ducho en despropósitos.
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