Escribir un libro y ver crecer sus hojas, poco a poco, ver...
Plantar un árbol y contemplar cómo va subiendo, creciendo,
y poblándose de flores, frutos, hojas verdes y después marrones...
Tener un hijo y gozar de su primera sonrisa, su primera palabra,
sus bracitos abiertos, sinceros, confiados…
A nuestros hijos hay algo que también les crece,
y a veces no nos damos cuenta... son las alas,
y cuando nos enteramos de su desarrollo ya han volado...
A eso lo llaman ley de vida,¿verdad?
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