Y si bajas de la luna y te olvidas de Bécquer,
y si los castillos derrumbados son fortalezas emergentes,
y si las cumbres borrascosas son cimas...
en cuyo amanecer llueven perlas de rocío azul,
y si dejas la lira, y te olvidas del arpa cansada y dormida,
y si dejas la troba y el verso en suspiros, y no cantas...
con notas de lágrimas vivas, que suenan a muerte inmediata,
y si sonríes y le dices te quiero, sin luna, sin frío ni lluvia,
sin verso ni llanto, ni flores ni pinchos, ni…
simplemente, un te quiero, con alma.
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