Notaba, entre los dedos de los pies,
el agua viva de montaña, recién nacida,
y las piedras, cantos redondeados y planos,
de diferentes tamaños, masajeaban…
sus pies agradecidos, a la intemperie.
Amo los ríos que serpentean entre rocas,
amo, más por bello que por desconocido.
No muy lejos, el río, se hace como una charca,
generosa, con bañistas que molestan a las truchas.
Es diferente, suelen decir los lugareños.
Todo un placer, la diversidad, les cuento…
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