Allá por lo recóndito de la mente,
tengo guardado un libro de silencios,
que callaron las verdades del alma,
y se quedaron impresas...
con letras de sal de lágrimas,
que se solidificaron como imprentas...
de olvidos, nostalgias, consultas.
Mi libro de silencios donde hay...
lo que no dije, y persiste lo que pensé,
y se pasean incrédulas,
todas las verdades que no conté,
e incluso todos los versos con hiel
que me tragué en los despropósitos.
Mi libro de silencios, a veces me habla...
es como una voz de la conciencia, con retraso.
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