Recuerdo una campana,
un timbre, una música,
un "Tam-tam" africano,
una señal de humo...
Parece un ayer muy lejano,
unas veces, otras muchas...
aun veo la fila y los ojos,
algunos dormidos, otros saltones,
de mis alumnos estimados...
Oigo sus buenos días,
calurosos, educados, programados...
Me veo arreglando la fila:
hay que mirar la cabeza...
que tenéis delante,
y, en silencio, entramos en clase...
Allí, curioso, volvían a hablar,
era su casa... y la mía…
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