lo siento y me complazco en presenciarme,
más allá de lo habitual en intención,
ahora en una realidad, también física, a mi lado.
Y sonará el toque del despertador, o no, igual no,
y tú no te irás, y te darás la vuelta, y yo también,
y quizá nos dé vergüenza al mirar la hora que es.
Pero... después de los primeros días,
nos acompasaremos, nos reajustaremos,
y afrontaremos lo que sea juntos,
y mientras sea así, juntos, como siempre,
haremos del tiempo un plácido vuelo hacia lo azul…
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