dimarts, 10 d’abril del 2018

Como la vida misma

El apretón de manos, el abrazo de fuerza, los dos besos, el aquí estoy yo, que lo sepas, es todo muy válido y edificante, cuando no es protocolario. Los hay... hay gente, muy educada, eso sí, pero que te la meten doblada entre sonrisas mirando al tendido. El sentimiento auténtico no necesita formas... por supuesto que no seré yo quien contradiga los encantos de la educación, pero nunca para esconder nada, ni para falsificar otras intenciones. Aquel amigo que te da la mano con fuerza, aquel abrazo que te rompe los huesos y te arregla el alma, aquel beso de novia, todo auténtico, real, como la vida misma…

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