Sin azúcar, sin aditivos, sin conservantes, productos típicos, de proximidad, de temporada, ecológicos, y hechos a ser posible a la plancha, o mejor aún, a la brasa de buena leña aromática. Hablando de aromas, recuerdo que una vez en la Terra Alta, en casa de un amigo, vi que un minuto antes de retirar unas costillas de cordero de las brasas, las espolvoreó con unas hojas de romero fresco, y el ambiente se vistió de gala, y el vino tinto acudió galopante a la cita... gusto, buen gusto y aroma de carne y bosque, la delicia natural de los manjares…
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