Y al cerrar los ojos, allá, antes del sueño,
te pregunto cómo te ha ido,
si tu muy dulce caminar lejos de mí,
ha sido todo lo fructífero que mereces.
Me hubiese gustado quererte...
pero ya sabes, en el corazón no se manda,
y tú necesitabas un amor a tu altura.
Y después del tiempo...
te veo de la mano con tu hijo y tu marido,
y soy feliz de verte feliz,
tu cara es de una bondad agradecida
que me colma hasta a mi de bendiciones.
Es muy edificante el afecto que siento
cuando sé de alguien que me hubiese querido,
y si la veo, siempre intento devolver...
algo que no di, no pude dar,
y mi actitud es entre muy tierna y ridícula,
pero uno es muy así...
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