Aquella flor de acantilado, belleza única,
que parece salida del mundo de los olvidos,
y resplandece entre el cielo y el vacío…
Aquel suspiro, aquel titubeo que te entrecorta
...la salida de los ciertos del alma,
y lo hace en aquel momento
del que crees que depende la afinidad…
Aquella gracia del jardín, normalmente rosa,
que se resiste y persiste en el rosal,
para dar constancia de su contribución
al buen gusto del ambiente…
Aquel beso que por fin se dio,
y se plasmó la realidad de un sueño,
y te quedas con todo el relax de la ilusión,
que es muy activo y compartido,
lúcido y esperanzado, vital…
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