Un pecho cerca, donde llorar o reír,
una mano de confianza, una voz de alivio,
una presencia invisible,
aunque tú sabes que está allí,
nunca se va, nunca te deja solo…
Es como tu sombra,
como aquella compañía...
que no te es empalagosa
pero te resulta del todo imprescindible,
es tu amigo, tu defensor,
tu guardaespaldas, el que hace equipo…
Pobre de aquel que se siente solo y desnudo,
sin paracaídas, ni red salvadora,
sin compañero de viaje…
Son invisibles, pero están allí, contigo.
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