Después de la partida, el recuerdo, desde el presente, desde el ayer, desde la infancia. Mi prima y yo, jugando a ser niños, siendo niños, disfrutando de la comprensión de todos, y a ser mayores, desde el arrabal de senectud, cual doctos intelectos, arreglando un mundo sin arreglo. Mi prima y yo preocupándonos mutuamente, de nuestros estados deteriorados por la edad y el asomo de las enfermedades. Después de la partida, una mueca amarga, una sonrisa cómplice. ¡Te quiero prima... y mucho! Cuando venga para acá, intentaré buscarte por los remansos de paz, con la luz de tu sonrisa, por los amaneceres que nos regalabas con tu existencia tan sana y tan vital, habrá abrazo eterno…
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada