El motor parado, los remos en la barca, la calma de la mar,
los ojos cerrados, una brisa tímida, un movimiento suave.
Unas gaviotas que juegan, un cormorán que se escondió en mis ojos cerrados.
Y los abro, y el sol me ciega, y me pongo la gorra, cual patrón de mi yo tripulado.
Y en mi sueño, voy de mar a río, río Ebro claro...
donde vuelan las lisas y los ánades van de excursión con su madre,
y los flamencos pasan pausados hacia las aguas del río mar…
Costa Brava, Delta del Ebro… bellezas sin igual, plenitud total.
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