La belleza de los toros bravos,
tan sumamente tiernos ellos,
en libertad por el campo controlado.
Se les ve enamorados...
enamorados de la luna y del pastor,
de la ternera que le salta graciosa
...para llamar su atención,
de los pastos del verde más tierno
y del agua de la balsa más limpia.
Se me encoge el alma al pensar en la lidia,
en la tortura progresiva...
hasta su muerte a estoque.
Tristemente, algunos lo llaman arte,
penosamente... incluso fiesta nacional,
...lo siento, yo no.
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