Un abuelo con niño, pasea por el río Mataraña. En el agua, allá a lo lejos, unos patos toman el sol en una orilla sin vegetación. Una oca con su polluelo, nadan plácidamente y se van acercando al puente, desde donde las observamos. El abuelo y el niño se acercan a la orilla, y la madre y el polluelo, van hacia ellos y, mientras nosotros pensábamos que iban en busca de comida, la oca sale del río y abriendo sus alas en plan altamente agresivo, intenta agredir a picotazos al abuelo, que no tiene más remedio que agarrar fuerte al niño y salir a la carrera. Teresa y yo pensamos que lo haría para proteger a su pequeño, pero... malas pulgas sí tenía la señora oca, hermosa ella, pese a todo, firme y segura…
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