Mis suspiros acudieron a la cita,
allá por donde se proclaman los lamentos
y, en los campos de la desolación,
se evaporó una lágrima,
cansada de vagar por los valles… de lágrimas.
Qué triste, cuando es triste el recuerdo
de la muerte de las ilusiones,
pero después de la tempestad, la calma,
y después de la calma, otro inicio de anhelo,
y la ilusión cabalga de nuevo, y la vida revive,
renace, y hay un nuevo aire de cordura,
dentro de la inconsciencia pertinente...
lo llaman amor, se llama amor… dicen.
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