Casi, cuando se principiaba el amanecer,
fuimos a cantarle, o mejor contarle, a la luna
de la delicia de nuestra compañía,
soledad a dos, multitud de paz...
en la penumbra de un bosque,
que se inventa sombras y arcos iris,
con los rocíos y los primeros atisbos
del sol de nuestras almas…
Contigo se magnifican los entornos,
florecen espléndidas todas las rosas,
y los pájaros se entonan...
y beben de las gotas del rocío matutino,
antes que el sol, previo arco iris,
las evapore... luego, cantan a la vida.
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