divendres, 22 de maig del 2015

Ver, sentir, amar...

Espontáneo, lúcido, diáfano,
el amanecer me sumergió feliz,
en sus mejores y apacibles auras.
Los ruidos me regalan su ausencia,
acuden los sonidos y, entre ellos,
un saxo lejano conduce emociones.
Los saxos, siempre lejanos, ellos...
El sol acaricia la ventana floreada,
las orquídeas sonríen naturales,
todo es bueno, parece correcto,
pero a la luz le cuesta mucho...
llegar a su umbral de sensación.
Muy cerca, mucho más que el saxo,
unos ojos se abren, sí, debe ser eso,
el amanecer, la claridad...
que te permite ver, sentir, amar…

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