En tu interior sonríen los destellos
de los sentimientos tibios, puros,
que asoman sinceros, nobles, francos.
En tus adentros aprecié la firmeza,
el orden más sano y conseguido
de los mejores conciertos especiales.
Entrar en ti fue descubrir, del todo,
cómo hierve la paz interior,
muda de silencios y ávida...
de todo lo justo y sincero
que tiene el amor a la vida.
Ver tu alma fue ver la luz
al final de los misterios...
Verte fue quedarme quedo,
exhausto de felicidad extrema,
instalado en un suspiro pleno,
sin nostalgias de otros vientos…
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