Hoy no habrá espontáneos,
te espero impaciente, preparado,
para calmar tus aires, aquellos...
de princesa rural, majestuosa,
con verso tibio y sugerente,
que no se vea arrojado, malicioso,
sino como un aroma acorde
del último romero que pisaste...
Hoy te miraré de lejos,
y sin soltarte, te acompasaré
hasta los rosales blancos,
y allí, cerca de la fuente,
te hablaré, como se habla...
a las princesas rurales,
ellas saben de los besos,
y del porqué las rosas enrojecen.
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