Cae la tarde, anochece plácidamente,
y se pronuncian, como susurros de brisa,
los últimos suspiros de las flores...
Caen tus ojos, y la noche se acelera,
me paro, contemplo y adivino,
bajo la luz de la luna amiga,
el fuego que adormecen tus párpados,
paraguas de cielo y de amor...
Me siento, no importa donde,
me siento cerca, y veo en lo oscuro,
donde acuden, cual luciérnagas,
todas las luces contemplando tus ojos,
y, en el amanecer de tus pestañas,
llegar al umbral de la sensación…
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