Hombres sabios

"Hacen falta cuarenta músculos para fruncir el ceño... pero tan sólo quince para sonreír" (Shivananda).
"El principio más profundo del ser humano es el anhelo de ser apreciado" (William James).
"Deberíamos utilizar el pasado como trampolín y no como sofá" (Harold Macmillan).
"Hay personas que por mucho que envejezcan, jamás pierden la belleza; sólo les pasa de la cara al corazón" (Martín Buxbaum).
"Ocio no significa inactividad; es la libertad de hacer qualquier cosa" (Floyd Dell).
"La siesta es el yoga ibérico" (Cela).
"Si la vida te da un limón, hazte una limonada" (Anónimo).
"La risa nos mantiene más razonables que el enojo" (Gotthold E. Lessing).
"Sólo los peces muertos nadan a favor de la corriente" (Proverbio Alemán).
"Cada cual tiene la edad de sus emociones" (Anatole France).
"Coronémonos de rosas antes de que se marchiten" (Proverbios XXI).
"En el canto rodado no crece el moho" (Siro).
"Colecciono recuerdos felices como otros tarjetas postales" (Debía Diderot).
"La mayoría de la gente dice que, conforme uno envejace, tiene que renunciar a ciertas cosas. Yo opino que uno envejece porque renuncia a ciertas cosas" (Theodore F. Green)