dilluns, 25 de maig del 2015

Ausencia

La tarde no tenía primavera,
y sólo la languidez de los gladiolos,
decadentes y amortecidos,
daba algún indicio del ayer esplendoroso.
Por el sendero que no tiene camino...
al que ir y se hace selva plena, total,
por las habitaciones de la casa,
por las calles y pasillos que vieron
y vivieron tu existencia más feliz,
sólo queda el reflejo nostálgico,
de un aroma que arrebata...
Mientras, hasta los misterios,
aquellos juguetones y cupidianos,
muestran su más fehaciente frustración.

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