Hoy les hablaré del sí de las niñas,
de Don Leandro Fernández de Moratín,
de las colas de caballo de las veinteañeras,
de los paseos crujientes de las beldades…
Hoy me fijo en los tobillos insinuantes
de que me hablaba el abuelo expectante,
las enaguas de vicio latente…
Las rodillas, cabezas de cordero,
mejoraban redondeces de adivino,
y en los interiores boscosos
se adivinaban las glorias con liana.
Después vino la Ornella Mutti,
subiendo la escalera de la biblioteca
y con la gente a mil… quinientas,
muestra de cultura y la escultura…
Las minis y las transparencias,
siempre adivinando parpadeos,
torpedeando la belleza natural…
La erótica es el preámbulo del deseo,
la insinuación, el muestrario, el invite.
Siempre pensé que, para este partido,
no hacía falta precalentamiento.
La erótica de la suavidad enciende,
lenta pero segura, los mejores fuegos…
Aquellos ojos que aceptan plácidos,
aquella falda corta, aquel pecho
que cuspidea y te invita al remate…
La erótica, una ciencia exacta,
donde naufragaron los científicos…
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