No vine para tirar un córner, abierto, tampoco para hace un solo, alegre…
Sólo quería un vino… tinto, compartido, entre normales, sinceros.
Pero si queréis nos encontramos, después, entre las aguas hipócritas,
con gas y limón y cubitos de hielo, y algún gintónic que se cuela.
Si tuviera un martillo de hierro, todos me parecerían clavos ardiendo,
pero no tengo ni cirio blanco con el que repartir caricias, superfluas.
No me gustan los toros en la plaza, me encantan en el campo, libres,
siempre los miraba desde la barrera con los amigos, de aquellos de siempre…
¿Por qué dos i dos no son cuatro… y sí que son cuatro dos más dos?
¿Por qué no engañamos a las apariencias? ¿Por qué el monje no hace al hábito?
¿Por qué lo ecológico es noticia? ¿Por qué no nos contaminamos de Naturaleza?
No vine a tirar un córner, abierto, tampoco para hacer un solo, alegre…
Sólo quería un vino… tinto, entre amigos y verdades sinceras.
Nos buscamos entre el frescor de las hojas,
por entre los bosques verdes y los campos… de arroz.