El tiempo de los fríos y de las nieves es tan bello, que si estuviera teñido de verde sería como una primavera de las luces. Será que me me hago mayor, un suponer, pero nunca como ahora he gozado de la belleza del invierno, del recogimiento que supone, de esa especie de zafarrancho interior que nos supone, para volver a empezar renovado. Eso es la vida, un constante volver a empezar, pero con la misma Teresa de siempre, ¿verdad que sí?
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