dimecres, 13 de desembre del 2017

Hasta que llegó ella

Asomó una ceja, y vaya resto...
mostró su encanto,
habló lo justo y necesario,
y se fue, y yo me quedé...
como aquellas serpientes
que, después de tragarse el ratón,
se pasan media hora tratando
de encajar sus mandíbulas…
Me pasaba con frecuencia,
me enamoraba fácil,
admiraba rápido cualquier quehacer,
mi boca se abría a los rapsodas
y a los encantos de las sirenas,
hasta que llegó ella... el orden,
el cielo, la calma, el sosiego, la paz,
el amor total y bendecido...

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