Qué albricia, que jolgorio, qué fiesta, qué saltos más lúcidos de felicidad, qué sonido lastimero de abrazo total, qué celebración de bienvenida nos ha hecho la Lucca, la perrita de mi hijo, que es un primor, un animalito con una ternura y un sentimiento, que se hace querer como si fuera un miembro más de la familia. Ahora está en mis pies, rozándome, solo así se duerme plácidamente. ¡Te queremos Lucca, eres auténtica!
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