En el teatro de la vida, hay gente que no lo hace, no representa, no actúa, es, y es tan auténtica como el árbol o el sofá. Hay gente que son anuncios, son como pesebres ambulantes, con nieves y pastores, y canciones, son gente mágica, son silencios exclamativos, que proclaman la bondad total, independientemente del momento. Gente buena, buena gente, que te recuerda siempre la Navidad, son eso... templos auténticos.
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