Sueño que no sueño, vivo que si vivo,
y paseo por mi pueblo, y me acerco al río,
el Ebro, casi nada, el río más querido...
y el más maltratado por el poder.
Pese a todo el camino huele...
a azahar y a aromas de huerto,
de las chimeneas sale humo de alcachofas,
y la gente saluda amable, y algún abrazo,
delicia de pueblo y vecindario…
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