Qué le pasa a la noche, madre,
tan surcada y abierta,
tan visible y cercana del sueño.
Sus silencios pasean discretos,
sus músicas se escuchan suaves,
y la luna... qué le pasa a la luna, madre,
tan lúcida ella, tan discreta,
pero con una presencia que parece insistir
en su pretensión de lucero del alba.
Que ya es medianoche, madre,
y parece que empieza a amanecer,
se proclama un día en la noche.
Brindemos con leche de oveja, madre,
y cantemos con los pastores en la nieve…
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