Mi musa congelada, me cuenta...
cómo inspira desde el frío,
y va provocando templanza
en los decires del alma enamorada,
que, cual poeta de las nieves
y de las cumbres blancas,
lanza trinos de gloria
a su hermosa calandria…
Te cobijo en mis brazos,
y yo en los tuyos,
y ya puede nevar y congelar,
mi musa congelada no para,
provocando templanza y temblores...
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