Me gustas cuando callas, decía el gran Neruda,
y a mí también, porque tus silencios son...
espléndidamente explícitos.
Me encanta incluso cuando no te veo ni te oigo,
pero sé que estás, y me llegan músicas...
de tu proximidad habitual por cualquier rincón de la casa.
Me gustas cuando estás porque siempre transmites...
calor, apoyo, e inmejorable compañía.
Me gustas cuando hablas, porque das rienda suelta a tus silencios,
y es como si lloviesen azahares mezclados...
con pétalos de rosas blancas.
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