Vaya hombre, un remanso de paz,
un sendero de montaña,
una visión de cordillera verde y ondulada.
Árboles en silencio, ausencia de pájaros,
apenas algún rastro testimonial
de algún jabalí de excursión…
El sendero es muy empinado,
llega hasta la fuente más alta,
allá donde nacen las aguas más puras
y anidan las águilas…
Se huele a humedad, se escucha el silencio,
se siente la paz verde y no tan verde...
de las sombras con pretensiones otoñales.
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