Te miro, intensamente, y tú lo sabes,
disimulas, parece que te gusta,
diría incluso que es tu alimento.
Me miras, y yo hacia otra parte,
sin ver, por supuesto, a nada ni a nadie…
Son juegos de miradas, son dulzuras,
son amores de un mismo amor,
que se recrean, que se gozan,
que se escrutan, se placen y bendicen.
Nos miramos y hacemos...
como en la canción de Llach,
del silencio palabras,
pero antes, como en otra canción,
palabras de amor…
Nos miramos, entre canciones...
y sutilezas ciertas.
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