Salir del armario… Pero no sólo sexual, sino político, moral, ético, religioso… La vida es, debería ser, un sentimiento donde no cabe la farsa ni el engaño, y donde tienes libertad para elegir tu opción, sabiendo de antemano a lo que te enfrentas y aceptar sus consecuencias que, si eres sano y sincero, seguro que serán un placer. Feliz aquel que ha podido regenerarse de la deformación de su espíritu nacional... haberlos “ haylos”, afortunadamente.
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