Incluso si la verdad es trilingüe y la mentira muda,
vas con el acelerado del arrojo y las dudas.
¿Y si me calla y le cuento? ¿Y si no calla y la escucho?
¿Y si nos escuchamos por turnos?
Tú primero, claro, o si quieres yo, así nos damos el tiempo...
para que, si procede, proclamar los rectificados,
que no se saldrán del patrón de la verdad,
pero se harán más melodía de caricias,
cuando más se acerquen al receptivo tímpano.
¿Y si me hablas con tus ojos, y yo te beso... con todo?
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