Hoy tengo todo el tiempo del mundo… El tiempo del jubilado que contempló sus espacios de libertad para pensar en lo que fue su vida y en lo que pudo haber sido. Tiempo para agradecer a la misma vida y a los padres, el amor y el esfuerzo para hacer posible mi realización. Hoy tengo todo el tiempo del mundo para mostrar mi gratitud a los campos abonados, a las circunstancias beatíficas, a los hados positivos, a los amaneceres regalados, a los atardeceres que se despiden en rojos… Hoy tengo más tiempo para amar, más y mejor...
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