Zapatos nuevos, relucientes,
uñas limpias y cortadas,
buen aliento, ropa deportiva,
buen aspecto, juvenil, todo lo joven...
que se puede ser a los cuarenta.
Es un lagarto de discoteca,
y va de rico y culto, depredador,
muy moderno, actualizado,
tiene un buen surtido de palabras,
labia, creo que lo llaman,
aparenta veinte y pocos
y tiene la experiencia del doble largo.
La chica es especial, dieciocho años,
no le gustan lo que ella llama los niñatos,
se fija en él, se pone a tiro,
como aquella mariposa al abasto del lagarto,
que más que un lagarto es un camaleón,
y le lanza un lenguatazo, certero y sin remedio.
Esto ocurría, alguna vez, en mis tiempos,
supongo que ahora debe haber otro nivel, diría…
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