En los días de penumbra... oigo voces,
el mar me habla desde su rutina cansina,
me transporta a mi íntimo y profundo interior.
En los días del sol durmiente, el bosque próximo,
como un eco cómplice, sigue la charla...
entre los suspiros de aprobación acompasados.
A veces oigo voces de sirenas y delfines,
de enanos saltarines o ranas de colores,
que son princesas encantadas...
buscando el beso que les retorne a su ser.
A veces oigo voces que me invitan...
a dar mis mejores besos.
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